-- En el debe conocer la mujer, con toda modestia, que por un designio de la Providencia, ha sido y está destinada a la protección y dependencia del hombre y que debe someter su voluntad a este orden establecido, por lo mismo, esta le debe a su esposo todo el homenaje de su amor, respeto y fidelidad. Además, una buena esposa debe presentarse a su esposo, franca, candida y leal, mostrándole el espejo fiel de su alma, sin ocultar ni desfigurar ante él ninguna de sus acciones. Debe así mismo, con el interés mas íntimo, con el amor mas tierno, amenizar la vida del hombre, templando los rigores de su desgracia, llenando de consuelo sus días desventurados y haciéndole olvidar los amargos pesares y fatigas, a que vive condenado por el trabajo. Para vencer algunas de sus contrariedades, debe emplear la condescendencia, la afabilidad, los ruegos y aun las caricias, y solo entonces la prudente esposa, verá el corazón caprichoso del hombre a su arbitrio, y entonces verá también las tímidas ideas de dominación, perderse en los deliciosos afectos de una perfecta y verdadera armonía."
1872
Aliaga, Germán: Moral del bello sexo / editada por Germán Aliaga profesor en el Liceo de "El Provenir" y en colegio de niñas del "Sagrado Corazón de Maria" aprobada para instrucción de las señoritas. -- La Paz : Imprenta del s. XIX, 1872
Citado en: Las mujeres en la historia de Bolivia : imágenes y realidades del siglo XIX (Antología) / Beatriz Rossels. -- La Paz : Anthropos, 2001. -- Depósito legal 4-1-1653-00. -- S. 225]
Fuente: payer.de
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