Fuente
Otra figura interesante que se analiza en el libro "Pecar como Dios manda" es la Monja Alférez,
Catalina de Erauso. Andahazi cuenta que en el siglo XVI el rey de España Felipe IV le otorgó la identidad masculina a una mujer -Catalina-- luego de que ella viviera con identidad masculina gran
parte de su vida.
Catalina vivió su infancia en un convento español, del que huyó vestida de hombre. Con el tiempo, adoptó la identidad masculina y se hizo llamar Antonio de Erauso. Viajó a América para comenzar una nueva vida y logró ingresar al ejército como soldado para servir a la Corona en la conquista de América. Antonio de Erauso fue conocido por su valentía y por su fama de gran seductor de mujeres.
Este Don Juan americano ascendió de soldado a alférez. Nadie supo la verdad, hasta que se vio envuelto en un juicio por asesinato, encontrado culpable y condenado a muerte. Sin embargo, un obispo se dio cuenta de su oculta identidad femenina y finalmente intercedió, al comprobarse que también era virgen.
Antonio fue perdonado y regresó a España, donde fue recibido por el rey Felipe IV. El monarca le otorgó títulos bajo el nombre de Antonio de Erauso, por su valentía y heroísmo. Y en un alarde de fastuosa modernidad, también lo autorizó a utilizar su identidad masculina. Años más tarde, el Papa Urbino VIII confirmó la decisión de Felipe IV. Antonio volvió a América con su nuevo nombre y se cree que estuvo en Buenos Aires.
El libro "Pecar como Dios manda" da cuenta de una constante doble moral, que recorre la historia sexual de la Argentina desde el momento en que llegaron los españoles a tierras americanas. "Esta doble moral continúa aún hoy y nos define de algún modo en lo sexual. Una cosa es la que se impone, la que se muestra, pero es muy distinto lo que sucede en la intimidad".
Catalina de Erauso. Andahazi cuenta que en el siglo XVI el rey de España Felipe IV le otorgó la identidad masculina a una mujer -Catalina-- luego de que ella viviera con identidad masculina gran
parte de su vida.
Catalina vivió su infancia en un convento español, del que huyó vestida de hombre. Con el tiempo, adoptó la identidad masculina y se hizo llamar Antonio de Erauso. Viajó a América para comenzar una nueva vida y logró ingresar al ejército como soldado para servir a la Corona en la conquista de América. Antonio de Erauso fue conocido por su valentía y por su fama de gran seductor de mujeres.
Este Don Juan americano ascendió de soldado a alférez. Nadie supo la verdad, hasta que se vio envuelto en un juicio por asesinato, encontrado culpable y condenado a muerte. Sin embargo, un obispo se dio cuenta de su oculta identidad femenina y finalmente intercedió, al comprobarse que también era virgen.
Antonio fue perdonado y regresó a España, donde fue recibido por el rey Felipe IV. El monarca le otorgó títulos bajo el nombre de Antonio de Erauso, por su valentía y heroísmo. Y en un alarde de fastuosa modernidad, también lo autorizó a utilizar su identidad masculina. Años más tarde, el Papa Urbino VIII confirmó la decisión de Felipe IV. Antonio volvió a América con su nuevo nombre y se cree que estuvo en Buenos Aires.
El libro "Pecar como Dios manda" da cuenta de una constante doble moral, que recorre la historia sexual de la Argentina desde el momento en que llegaron los españoles a tierras americanas. "Esta doble moral continúa aún hoy y nos define de algún modo en lo sexual. Una cosa es la que se impone, la que se muestra, pero es muy distinto lo que sucede en la intimidad".
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