La familia que da nombre a la célebre marca jugó
un papel muy importante en la vida social, política y económica de
Cuba, desde su lucha por la independencia a su oposición a dictadores
como Batista y Castro
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Partiendo de la nada, Bacardi se fue convirtiendo en
una de las empresas más importantes del país, totalmente cubana, que
suministraba un producto autóctono por excelencia, promocionado como «el
que a Cuba ha hecho famosa». En el siglo XX, bajo el liderazgo de dos
lumbreras de los negocios, Enrique Schueg y José Pepín Bosch, se
consolidó como la firma cubana más grande e importante de la isla y se
expandió internacionalmente. Schueg tuvo la visión de llevar la
producción primero a Puerto Rico y luego a México, lo que supuso su
salvación cuando Castro tomó el poder.
Bosch sirvió como un fugaz ministro de Finanzas del
presidente Carlos Prío. Luego fue un tenaz opositor al dictador
Fulgencio Batista, uno los contados empresarios que se atrevieron a
pedir la restauración de la democracia. Durante la rebelión castrista
los Bacardi también jugaron un papel destacado. Al igual que pasó en la
época de la lucha por la independencia, actuaron como recaudadores de
fondos y seguidores de la revolución. A título individual, dieron
cientos de miles de dólares al Movimiento 26 de Julio. Pepín Bosch, como
presidente de la compañía, apoyó la revolución. En enero de 1959, menos
de tres semanas después del triunfo de los barbudos, pagó los impuestos
que le correspondían a Bacardi para todo el año para apoyar al nuevo
Gobierno, necesitado de ingresos. Una muestra de la importancia de Bosch
fue el hecho de que Fidel Castro lo eligiera como el único empresario
que lo acompañó en su viaje oficial a Washington, en abril de 1959.
Gjelten relata la bronca que tuvieron en el avión y su ruptura.
Feroz anticastrista
Castro incumplió sus promesas democratizadoras y en
1960 expropió Bacardi junto a otras 300 empresas privadas. En julio,
Bosch se exilió en Miami. Afortunadamente para la dinastía, había tenido
la visión de establecer una gran destilería en Puerto Rico y filiales
en otros países que la convirtieron en una compañía completamente
globalizada.
Bosch se convirtió en un furioso adversario de
aquel revolucionario al que respaldó en sus inicios y que se había
convertido en un dictador. Junto con otros miembros de la familia, en
especial el magnate Jorge Mas Canosa, dedicó sus esfuerzos a tratar de
acabar con Castro. Participó en la fallida invasión de la bahía de
Cochinos, compró un B-26 para bombardear las refinerías de petróleo en
Cuba, una operación que se abortó en el último momento, se involucró en
los intentos para asesinar a Fidel e hizo aportaciones millonarias a
lobbies anticastristas en Estados Unidos para endurecer el embargo.
Bosch murió en 1994 a los 95 años sin volver a poner un pie en la isla.
Durante más de un siglo la familia estuvo implicada intensamente en la
causa cubana que en los últimos años identificaron por completo con la
deposición de Castro.
Ahora Bacardi es la tercera compañía mundial de
bebidas alcohólicas, por detrás de Diageo y Pernod Ricard. Una
multinacional con sede en Bermudas que sigue siendo casi enteramente
propiedad de la familia. Su actual presidente es Facundo Bacardi,
tataranieto del fundador, nacido en EUA. y que se considera más
norteamericano que cubano. La historia ha hecho que una de las familias
más patrióticas y enraizadas en la vida cubana haya perdido sus raíces.
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