En un lugar no muy lejano, una doncella triste, simple, simpática, recelosa y de poco interés por lo carnal, decidió conocer al ogro de sus sueños virtuales: un lobo de crin, borochi solitario de las pampas cambalandesas.
Después de pasar varias veces por el lugar y cerciorarse que no hubieran trampas, armadijas y otros artilugios dispuestos para la caza de féminas despistadas, decidió correr el riesgo.
La curiosidad por conocer a quien tanta prosa le mandaba pudo más que el enorme riesgo de ser devorada como la abuelita de otro cuento, apenas entrara a la guarida derruida.
Dejó su vieja carroza justo a la entrada de la ciénaga donde croaban al unísono batracios la misma cantilena:
...
Y se cerró la entrada por dentro...
...
Y el resto de lo que ocurrió entre los dos no se supo... Nunca...
Años después, en la guarida del lobo triste emanando su perfume, seguía el bouquet de rosas olvidadas por la niña en su apuro por escapar de las fauces del cánido enamorado.
Dicen que nunca más quiso ella volver a la guarida maloliente o contar lo que pasó.
Las rosas siguen aún ahí. Esperando a la misma doncella.
El lobo... desilusionado... está empezando a reconocer que sería más placentero buscar zorritas más cariñosas.
Dicen que hoy usa ella un avatar de Caperucita, protege y alerta a otras princesas creidas, zorritas vírgenes y doncellas despistadas, de lobos y otras bestias que acechan a sus presas en mundos virtuales...
Lourdes, el hada protectora de tontas tontuelas tontuelísimas...
...
woooooooooouuuuuuuuuuuuuuu...
[cebaehren fecit]
Después de pasar varias veces por el lugar y cerciorarse que no hubieran trampas, armadijas y otros artilugios dispuestos para la caza de féminas despistadas, decidió correr el riesgo.
La curiosidad por conocer a quien tanta prosa le mandaba pudo más que el enorme riesgo de ser devorada como la abuelita de otro cuento, apenas entrara a la guarida derruida.
Dejó su vieja carroza justo a la entrada de la ciénaga donde croaban al unísono batracios la misma cantilena:
"Adelante, adelante, te cantamos al unísono,Ella se encomendó a Minerva y Diana, las diosas amigas que podrían protegerla si no salía de semejante laberinto. Y entró (olvidando el ovillo salvador) sin más a conocer al Minotauro de sus pesadillas y noches de insomnio.
linda tonta tontuela tontuelísima,
arrecho arrechuelo arrechísimo,
te espera, ave maría purísima!,
el borochi hambriento e impacientísimo!"
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Y se cerró la entrada por dentro...
...
Y el resto de lo que ocurrió entre los dos no se supo... Nunca...
Años después, en la guarida del lobo triste emanando su perfume, seguía el bouquet de rosas olvidadas por la niña en su apuro por escapar de las fauces del cánido enamorado.
Dicen que nunca más quiso ella volver a la guarida maloliente o contar lo que pasó.
Las rosas siguen aún ahí. Esperando a la misma doncella.
El lobo... desilusionado... está empezando a reconocer que sería más placentero buscar zorritas más cariñosas.
Dicen que hoy usa ella un avatar de Caperucita, protege y alerta a otras princesas creidas, zorritas vírgenes y doncellas despistadas, de lobos y otras bestias que acechan a sus presas en mundos virtuales...
Lourdes, el hada protectora de tontas tontuelas tontuelísimas...
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woooooooooouuuuuuuuuuuuuuu...
[cebaehren fecit]
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