"hola mira no se si te gustan las morenitas y sensillas...besoos"

      ---cita real de una cambalandesa deseosa de conocerme en la vida real
Mi respuesta, la callada:

No, prefiero las europeas complicadas que cuando quieren conocer a un hombre, pues se dan modo de ser accesibles, lo conocen en la primera cita y si se da, también se dejan follar en la primera cita, con la segura opción de una buena amistad. [tono sarcástico, pero con tintes verídicos] (--ceb, arrechín)

Mi respuesta como mensaje, después que me dejó de plantón:

Claro que me gustan las sencillas, sean morenitas, negritas, blanquitas, choquitas o verdes, pero sólo aquellas que puedan lograr cumplir la cita en el lugar y la hora que ellas mismas acordaron.

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Es increible, pero desde que estoy buscando una chica simpática, esbelta, semi-frívola, responsable y buena gente y a lo largo de más de casi 2 lustros, no parecen cambiar en lo mínimo las casualidades respecto a una simple cita y el comportamiento de las féminas que se consideran  únicas en su género.

En el mejor de los casos, cuando trato de concertar una cita, ellas no me aceptan a rajatabla ninguna de mis propuestas, pues son más indecentes de lo debido (mis propuestas, valga la aclaración)
Invitar a una mujer a cenar, almorzar o -como última opción: desayunar (pernoctado, masajes y extras includidos) al apartamento donde uno vive es más inmoral y peligroso (para ellas) que citarlas en el motel de quinta (categoría) o en un campo minado.

Con tanto hombre comunistario que para violando de todo en todo lugar, ya no gozamos ciertos porta-penes ni con el mínimo de credibilidad y seriedad ante el mundo porta-faldas
Nota non plus ultra:Todo escrotado es un potencial violador!

Hay que recalcar que las cenas ý otras comidas en casas en anticresis se prestan para esos menesteres.
El regocijo de la juventud en la Av. San Martín es sólo alegría encauzada ruidosamente y vivida sanamente (pues desde cuándo es streetsex algo insano?)
Dicen que hay parejas y grupos de jóvenes [acompañados de una linda victima de sobredosis de ansiolíticos (Rivotril)] que van a los moteles arriba de la medianoche sólo a hacer negocios o charlar en privado.
Aunque nadie lo crea y eso es vox populi, ninguna magnífica y dama ha reportado haber sido violada en esos sacros aposentos. Y eso es ya una garantía extra.

Pero un simple cuchitril como el mío, donde huele a brebajes priapísticos, sebo, cremas lubricantes, sudor de putas, jarabe de muirapuama, jumbina y otros principios activos para ultraeróticos fines, no es aceptable que tan sólo haya unas velas ardiendo en la mesa para disimular en la penumbra tanta amenaza cabalistica para una pobre fémina que por torpeza acabe en ese antro de perdición lleno de polvos y libros encajonados. No, pues las óperas que suenan a bajo volumen están para disimular cánticos de ceremonias sabáticas, aquellas que muchas veces terminan en pequeñas muertes extásicas. Sobre la mesa, los platos con restos del festín y las botellas de vino ladeadas goteando el tinto al piso.

Volviendo a la realidad del tema cita, lo citable:
Luego de indicar en uno o varios mensajes mi número de teléfono y la dirección y clara descripción de mi casa: 4 cuadras exactas fuera del primer anillo, paredes con azulejos celestes, en la acera una jardinera con papayo y otras plantas forradas de pachío (flores moradas) opto por llamar a la interesada para escuchar sus dudas y tras muchas vueltas, se escucha poco a poco una opción suya. La acepto sin más y luego, ella decide que no es adecuado el lugar y nuevamente, tras minutos dudosos me da su penúltima opción. Bien, acepto, pero ahora falta la hora y el día.
Me da un día, hoy no puede ser pues debe cuidar de su abuelo, su sobrinito, etc.
Uhm, mañana tiene clases, que el viernes o el sábado. Okay, luego de saltar de viernes a sábado, acepto la hora que me da.

Repito lugar, local o plaza, calle, el día (pasadomañana) y la hora que acabo de escuchar, luego me doy cuenta que el viernes de cita es el sábado es viernes porque hoy no es martes sino miércoles.
Finalmente tengo: lugar, local, calle, día y hora... Voilá!
Se corta abruptamente la comunicación (era sólo un crédito de 20 Bs) antes de despedirnos, ella pensará que le corté y lo tomará como una afrenta, porque eso no se acostumbra hacer en Cambalandia.

Compro crédito, pues ellas nunca tienen crédito suficiente para llamar a alemanes (karl heinrich es sinónimo de €), llamo y confirmo que no corté yo por gusto y que nos veremos donde y cuando ella definió.

Voy a la cita, generalmente puntual (al principio casi siempre con unas dos o tres rosas), espero 15 minutos, llamo y no contesta, otros 15 minutos después llamo una vez más, pero debo dejar mensajes y su correo de voz no está activado. Depende de la chica, espero media hora más, boto las flores al primer tacho de basura o al canal de desagüe, compro un vino y/o una película y vuelvo a casa. Desilusiones que te da la vida.

O mucho mejor, ella entendió mal y estuvo parada a 50 m al frente y como las cambalandesas no perdonan al que las deja 10 minutos esperando, me dice al llamarla, que ya se subió al taxi y está de vuelta para su casa.

O a lo mejor está escondida tras el kiosko esperando un gringo choco pálido de ojos cerúleos y aparece un idiota común con un bouquet escondido bajo la camisa? Desilusiones que tienen ellas.

O yo como idiota tomando café al lado de 2 rosas y mirando la entrada de cada fémina tratando de reconocer el color de la blusa que quizá se pondría ella. Debí decirle que tengo cuatro dedos de frente y que fui rubio sólo hasta los 5 años de edad? O es que entró y no me notó tan imponente como mi voz sonaba al teléfono?

Será que Aryo Freire conoce de estas desventuras?

Una de esas penútimas veces le devolví el bouquet a una florista amiga (florería Le Bouquet). Sin esperar el dinero, lógico!

Dejé algunas rosas secas de recuerdo en una esquina cerca de la puerta.

Hoy ya no puedo comprar rosas para ninguna cita.

Pero regaría las espinas por las rosas.