A un tontito montereño envejeciendo en Cambalandia, una linda ribereña chané, entrando en carnes entre porteños, le escribia:
Si tú te vas para Baires, busca pronto mi compañía, que ando de lesbiana por frío y preferencia.. Qué sé yo! Pero ando yo caliente.
Y el tontito le remite:
Yo con gusto aceptaria, siempre que tú renegaras de todos tus miedos a mis amatorias preferencias.
Y hagas cálidas mis noches en esos gélidos inviernos australes.
Pues no soy como tejón overo, ando con poca grasa bajo el cuero.
Y es que por 'friorápido' necesito calor, mucho amor candente, mejor si en el Oriente.
Renegar? Imposible, tontito de mi alma! Qué haría yo sin mis miedos?
Nadie traiciona o reniega de sus buenas o malas preferencias.
Nunca se te ocurra a ti, elegido de mi cariño, de renegar de la mujer que te amará siempre.
Virtualmente...
Tu pueblo infernal y mi caserío tropical los recuerdo en el corazón.
Si no vienes y aqui me dejas, cocinando para convidados de piedra... te juro por mi amor, que antes de que a los cincuenta llegues, encaneciendo buscando otras, de dolor habré muerto yo.
....... O algún porteño aprovechará el lugar que deseo darte yo.
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