LOBO de CRIN o BOROCHI (Chrysocyon brachyurus)

Cánido de las pampas. Los guaraníes lo llaman aguará guasú ("zorro grande")
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no contiene mal ni corrupción; | es verdad que no encontrarán nada de perfección |
salvo en materia de reír; |
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Vale mejor tratar de reír que derramar lágrimas, | porque la risa es lo propio y noble del alma. Sean felices!
--François Rabelais (circa 1534) [english]

viernes, 4 de febrero de 2011

La Era de la Pornocracia del Papado Romano

Lo duro de ser papa
sanosenlafe.blogspot.com/2009/02/los-papas-ma..
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c5/SergiusIII.jpg
El Papa Sergio III
El Papa  Sergio III  (* Roma, (¿?) – † 14 de abril de 911). Papa n.º 119 de la Iglesia católica de 904 a 911 obtuvo la sede papal por medio del asesinato.
La elección de Sergio, conde de Túsculo, como papa supone el inicio de un periodo de la historia del papado conocido como “pornocracia” debido a la influencia que en las decisiones papales van a jugar las amantes de los pontífices.
Nombrado obispo de Cerveteri por el papa Formoso fue sin embargo uno de los participantes en el “concilio del cadáver” que se celebró contra dicho pontífice a instancias del papa Esteban VI y que finalizaría con la exhumación y profanación del cadáver.
A la muerte del papa Esteban VI, en 897, intentó, apoyado por la familia Spoleto, acceder por primera vez al trono papal aunque fracasó al resultar elegido Teodoro II.
Al año siguiente intentó por segunda vez acceder al pontificado, fracasando nuevamente al ser elegido Juan IX lo que le supuso ser excomulgado y exiliado hasta que el papa León V revocó la excomunión y pudo volver a Roma en 903.
Tras su regreso, y apoyado por la familia Spoleto y sobre todo por el senador y jefe militar de Roma, Teofilacto I, depone y hace encarcelar al antipapa Cristóbal para luego hacerlo estrangular junto al papa León V.
Eliminados el Papa y el antipapa, sus valedores lo hacen elegir pontífice el 29 de enero de 904 y manda anular los decretos surgidos de todos los concilios celebrados desde 898 con el objeto de rehabilitar a Formoso.
Sergio III tuvo como amantes a la esposa de Teofilacto y a la hija de este Marozia, con la que tuvo un hijo, el futuro papa Juan XI, y que se convirtieron en las verdaderas gobernantes de Roma durante varios decenios.
Durante su pontificado, en 905 el emperador Luis III intentó regresar de su exilio, siendo capturado y cegado por el rey de Italia Berenguer I que lo destituyó como emperador e intentó infructuosamente que el Papa Sergio lo coronara como sucesor.
En su relación con Bizancio, autorizó el cuarto matrimonio del emperador León VI con su amante Zoe, que le había dado su único heredero. Con ello no sólo se enfrentó con el Patriarca de Constantinopla, Nicolás el Místico sino que ignoró tanto la legislación civil de la época, como la eclesiástica.
Entre los aspectos positivos de su pontificado cabe señalar que durante el mismo, en 910, se fundó la abadía benedictina de Cluny gracias a la donación de una villa que realizó el duque Guillermo I de Aquitania con la condición de que la misma dependiera directamente del Papa y no de un noble o un obispo.
Así mismo reconstruyó la basílica de San Juan de Letrán que había sido destruida por un terremoto. En las medallas de este pontífice está esculpida por primera vez la “tiara”.
Este Papa es descrito por el Cardenal Baronio y otros escritores eclesiásticos como un monstruo y por Gregorio como un criminal  aterrorizante. 
Dice un historiador:
“Por espacio de siete años este hombre ocupó la silla de san Pedro, mientras que su concubina,
imitando a Semíramis madre, Reinaba en la corte con tanta pompa y lujuria, que traía a la mente los peores días del viejo Imperio” (Italia Medieval, pag. 331)  
Refiriéndose a otra, dice: 
“Esta mujer -Teodora de nombre, junto con  su hija Marozia, la prostituta del Papa. Llenaron la
silla papal con sus hijos bastardos y convirtieron su palacio en un laberinto de ladrones.” 
Y así, comenzando con el reino del Papa Sergio, vino el periodo (904-963), conocido como “el reinado papal de los fornicarios”.
Antiguo amigo del desquiciado Esteban VI, Sergio era de su misma ralea. Desde su juventud  se vio implicado en la lucha de facciones que hizo de este periodo uno de los más turbulentos y escandalosos de la historia del Papado. Fue nombrado obispo de Cerveteri por el papa Formoso, más tarde declarado hereje por su sucesor el papa Esteban VI.
Sergio III prendió al antipapa Cristobal y al anterior papa Teodoro II, al parecer, los hizo estrangular. Desde entonces gobernó Roma como un señor feudal, favoreciendo especialmente a sus partidarios. Condenó la memoria de todos sus antecesores, desde Esteban VI, considerándolos antipapas. Asesino de sus predecesores, inauguró un período del papado al que el cardenal César Baronio designaría, a principios del siglo XVIII, con el famoso nombre de «pornocracia». Fueron mujeres las que gobernaron en Roma, y los Papas no fueron más que juguetes de sus ambiciones políticas y de sus pasiones personales.
Había sido elegido Papa en el 897 por primera vez por los enemigos del difunto Formoso, pero Lamberto de Espoleto le forzó a ceder el trono pontifício a Juan IX. Desde entonces, retirado en los dominios del margrave Adalberto de Toscana, Sergio esperaba su hora para volver a sentarse en el trono papal.
Nombrado obispo por el papa Formoso, fue sin embargo uno de los participantes en el “concilio del cadáver” que se celebró contra dicho pontífice a instancias del papa Esteban VI y que finalizaría con la exhumación y profanación del cadáver. Excomulgado y exiliado hasta que el papa León V revocó la excomunión y pudo volver a Roma en 901
–1–
Un tal Teofilácto, se había propuesto imponerse a la nobleza romana. Simple juez en el año 901, se autoadjudicó los títulos de cónsul, duque y senador del pueblo romano. En realidad, era su esposa, Teodora la Mayor, y sus dos hijas, Teodora la Joven y Marozia, tan libertinas como ambiciosas, las que lo controlaban todo. Teodora, calificada de “cierta ramera sin vergüenza” en el Antapodosis, crónica de la época escrita por Liutprando de Cremona. Esta mujer, esposa de Teofilacto, por real voluntad  hizo que el pontífice Sergio III (“el peor que haya tenido la Iglesia Católica”) depusiera y asesinara al anterior ,papa Cristóbal, declarándolo antipapa, declaración que extendió a los tres papas anteriores. Y más tarde convirtió en el pontífice Juan X , a uno de sus amantes, un humilde clérigo cuando le había conocido. A continuación, seguramente obsesionado por lo sucedido con el papa Formoso, Sergio y sus comparsas proclamaron una vez más la invalidez de todas las ordenaciones conferidas por aquel Pontífice. ( Ningun Obispo en funciones podía  cambiar de diócesis)
Las únicas relaciones que tuvo Sergio III con Bizancio (sede política) fueron para autorizar al emperador León VI que se casara por cuarta vez. Tanto el derecho civil como el derecho eclesiástico prohibían ya un tercer matrimonio. También el patriarca de Constantinopla se había opuesto al emperador cuando éste quiso casarse, en cuartas nupcias, con Zoé Carbonopsina a fin de legitimar a su hijo, heredero del trono.
Sergio III tuvo como amantes a la esposa de Teofilacto ,Teodora la Mayor  y a la hija de este Marozia, con la que tuvo un hijo, el futuro papa Juan XI, y que se convirtieron en las verdaderas gobernantes de Roma durante varios decenios. Sergio III falleció el 14 de abril de 911.
Durante los siete años que ocupó la sede de Pedro, Sergio III se plegó dócilmente a los caprichos de Teodora y, sobre todo, a los de su hija menor, Marozia. Ésta se había casado en el 905 con Alberico de Espoleto, pero eso no fue obstáculo para que fuera bastantes años amante del Papa, y que le diera un hijo, el futuro papa Juan XI, al que su propia madre mandaría encarcelar pasado el tiempo.
Las intrigas de Marozia
Marozia que, según el mismo el cronista de esa época , Liutprando, “no sólo igualo a su madre, sino que la sobrepaso en las prácticas que ama Venus”. Nacida hacia 890, en orden y en rango, empezó, apenas púber, siendo amante de Sergio III, y con él tuvo un hijo que con el tiempo sería a su vez papa (Juan XI). Otros papas, León VI Y Esteban VII, serían también nombrados andando el tiempo por Marozia.
Veamos lo que decía el cardenal e historiador Cesare Baronio (“Annales ecclesiastici”), del papa Sergio III (904-911): “Por espacio de siete años, este hombre ocupó la silla de San Pedro, mientras que su concubina, imitando a Semíramis madre, reinaba en la corte con tanta pompa y lujuria que traía a la mente los peores días del viejo imperio”.
En todo caso, pasada la primera “locura” juvenil, Marozia fue casada por su madre con el guerrero Alberico, pero aquí se produce un hiato en la crónicas hasta 925, en que Marozia reaparece, ya viuda recalcitrante, como única en la familia con poder en Roma. Nada se sabe de la extraña desaparición simultánea de padres y esposos. Pero un enemigo no había podido ser destruido: el papa Juan X, por lo visto odiado desde siempre por la mujer. Éste, olfateando el peligro, estaba pactando la protección del conde Hugo de Provenza a cambio de hacerle rey de Italia, pero Marozia, más veloz, ofreció su mano a Guy, hermanastro de Hugo, con el mismo plan. Ambos cayeron sobre Roma, y el pobre Juan X acabó confinado en una mazmorra en Sant’Angelo, donde moriría al poco tiempo, dudosamente por causas naturales.
Marozia, ya convertida en senadora romana, siguió con sus planes, intrigando para que fuera aceptado como papa su hijo mayor, el habido con Sergio III. Pero para ello necesitaba poderosas influencias, y  las halló nada menos que con su cuñado, el mismo Hugo que antes había intrigado con Juan X. Las maniobras que hubo que hacer para ello fueron históricas: en primer lugar deshacerse del actual marido, Guy, mientras Hugo hacía otro tanto con su propia esposa, declarar bastardo a su hermanastro y hasta cegar a otro de sus hermanos. Pero finalmente el plan salió a pedir de boca, y un joven papa de 21 años, Juan XI, acababa casando a su propia madre con su amante.
Pues las ambiciones de los esposos no habían terminado, y, ahora que tenían un papa más dócil que nunca, se proponían nada menos que ser coronados como emperadores de Occidente. Pero aquí falló algo: el hijo legítimo de Marozia, Alberico, que se sentía postergado por su madre, consiguió revolver la ciudad de Roma, ya incómoda por tanta perversidad, contra los adúlteros esposos. Hugo salió a estampida de Roma y tanto Marozia como su hijo Juan fueron confinados de por vida a Sant’Angelo, como antes hiciera ella con Juan IX. Y, como él, fallecieron en la cárcel. La línea pontificia fue continuada por Alberico con el monje benedictino León VII.
Papas que fueron casados
San Félix III 483-492 (2 hijos)
San Hormidas 514-523 (1 hijo)
San Silverio (Antonia) 536-537
Adriano II 867-872 (1 hija)
Clemente IV 1265-1268 (2 hijas)
Félix V 1439 1449 (1 hijo)
Papas que fueron hijos de otros papas u otros miembros de clero
Nombre del Papa Papado Hijo de
San Damasco I 366-348 San Lorenzo, sacerdote
San Inocencio I 401-417 Anastasio I
Bonifacio 418-422 Hijo de un sacerdote
San Félix 483-492 Hijo de un sacerdote
Anastasio II 496-498 Hijo de un sacerdote
San Agapito I 535-536 Gordiano, papa
San Silverio 536-537 San Hormidas, papa
Marino 882-884 Hijo de un sacerdote
Bonifacio VI 896-896 Adrián, obispo
Juan XI 931-935 Papa Sergio III
Juan XV 989-996 León, sacerdote
Papas que tuvieron hijos ilegítimos después de 1139
Nombre del Papa Papado Hijo de
Inocencio VIII 1484-1492 varios hijos
Alejandro VI 1492-1503 varios hijos
Julio 1503-1513 3 hijas
Pablo III 1534-1549 3 hijos, 1 hija
Pío IV 1559-1565 3 hijos
Gregorio XIII 1572-1585 1 hijo

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