Por escritura otorgada en Melilla, á 9
de Febrero de 1.582, vende Simón de Cote á Sebastián Sánchez de
Cuéllar, vecino de Jerez de la Frontera,
una esclava prieta, nombrada
Catalina, de veinte años de edad poco más o menos.
Advierte que no se
verifica el contrato como el de bestia en feria ó quesos en costal;
asegura, por el contrario,
que Catalina no es borracha, ni huidora, ni
padece gota coral (epilepsia), ni mal de corazón, ni otra enfermedad, ni
está endemoniada,
y agrega que es guisandera de habilidad de muchas
cosas,
y en especial de fruta de sartén, de huevos mexidos y de alfajores al uso de acá.
Semejante requisito bastaba para recomendar mérito de la esclava.
--Dr. Thebusem
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Compro una semejante, aunque no tenga habilidad de muchas cosas
-- borochi arrecho
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