LOBO de CRIN o BOROCHI (Chrysocyon brachyurus)

Cánido de las pampas. Los guaraníes lo llaman aguará guasú ("zorro grande")
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“Amigos lectores que leerán este libro blog, | despójense de toda pasión | y no se escandalicen al leerlo |
no contiene mal ni corrupción; | es verdad que no encontrarán nada de perfección |
salvo en materia de reír; |
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Vale mejor tratar de reír que derramar lágrimas, | porque la risa es lo propio y noble del alma. Sean felices!
--François Rabelais (circa 1534) [english]

jueves, 21 de abril de 2011

Wafa Sultan: SinCaperuza ataca al Lobo islámico tras 1400 años


Entrevista de Wafa Sultan TV Al Yazeera (Qatar) por Elisoft
En 2006 Wafa Sultan fue nominada en Time Magazine en la lista de las 100 personas mas influyentes del mundo "cuyo poder, talento o ejemplo moral está transformando el mundo."9 10 "Time" dijo que "la influencia de las corrientes de su voluntad de expresar abiertamente opiniones críticas sobre el extremismo islámico que son ampliamente compartidos, pero rara vez dadas a conocer por otros musulmanes."9
Fuente
Por descontado, su intervención no ha pasado inadvertida entre los defensores de los derechos humanos a la islámica moda, y Sultan ha recibido desde entonces varias amenazas de muerte. No se piense que es retórica la frase anterior: existe, desde 1990, una declaración alternativa a la más famosa y universalmente reconocida Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, adoptada por la Asamblea General de esta misma organización en 1990 (U. N. Doc. A/CONF.157/PC/62/Add.18), con la intención declarada de establecer un código paralelo, dictado desde la perspectiva y los intereses de los países islámicos. Su artículo primero no tiene desperdicio: donde la declaración de 1948 de Naciones Unidas reza: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros", el nuevo decálogo de la Alianza de Civilizaciones islámicas dice: "Todos los seres humanos integran una sola familia, cuyos miembros están unidos por su subordinación a Alá y descienden de Adán".

De todas las denuncias de Sultan, la de más calado tiene que ver con este punto, no precisamente doctrinal sino de principios: el Islam oprime desde hace siglos a sus súbditos, pero lo hace no sólo porque sea una religión ferozmente excluyente de los infieles, sino porque aspira a imponerse como ley única y universal. De hecho, según Sultan, lo que diferencia a las democracias occidentales de los países musulmanes (especialmente, en su opinión, los árabes) es que en éstos no hay separación entre Estado y religión. No es una observación novedosa, pero Sultan insiste en este punto, en un momento en que muchos de sus contemporáneos le sacan el cuerpo para evitar ser acusados de defender las tesis de Samuel Huntington, que han sido caricaturizadas como sulfurosas manifestaciones de racismo antiislámico por la progresía occidental. En una entrevista publicada a fines de 2007 en FrontPage, a la pregunta de si el Islam y la democracia son compatibles, la respuesta de Sultan no dejaba lugar a dudas: "Por el momento, no lo son". Y explicaba por qué:
Las sociedades democráticas liberales reconocen y otorgan los mismos derechos a todos, independientemente de la religión, el sexo y la raza. Son sociedades que separan la religión del Estado. El Islam es a la vez religión y Estado.

En lo que respecta a los seres humanos, las mujeres no son iguales a los hombres. Los no musulmanes no son iguales a los musulmanes. En un mundo dominado por el Islam, los no musulmanes serán considerados y tratados como dhimmies, como ciudadanos de segunda clase sometidos a leyes específicas.
No menos vehemente (y emotiva) se muestra Sultan al denunciar las violencias que padecen las mujeres en nombre del respeto a las diversas variantes de la sharia. Ha tratado profesionalmente algunos de estos casos, pero también ha vivido de cerca, en su propia familia, las trágicas consecuencias de los matrimonios de honor, práctica común en todo el orbe islámico. Pero el valor de Sultan, en los dos sentidos de la palabra, trasciende el asunto de la lucha por el reconocimiento de los derechos de las mujeres sometidas a leyes islámicas. Como el mejor Voltaire, el del caso Calas, Sultan procura basar sus denuncias en casos con nombre y apellidos, pero no pierde nunca de vista lo esencial: que el Islam es un peligro para todos, hombres y mujeres, sean o no musulmanes, porque sus cultores lo consideran no sólo una religión, sino una ideología política.

El mensaje radicalmente incorrecto de esta mujer, que no se limita a hablar en nombre de otras mujeres ni sólo de las violaciones de derechos humanos en países musulmanes, está dirigido sobre todo a quienes hemos nacido y vivimos en democracias. Y que tan fácilmente olvidamos lo que está en juego.
Para empezar, hemos de reconocer que el Islam es considerado por la mayoría de musulmanes creyentes no sólo una religión, sino una ideología de dominación política. Por lo tanto, Occidente no debe tratar al Islam únicamente como una religión. (...) Hasta febrero de 2006, cuando tuvo lugar mi entrevista en Al Yazira, sentía la necesidad de hacer pedagogía sólo con el público árabe, con el que compartía mis reflexiones sobre el Islam. Pero después de esa entrevista (...) he descubierto que por desgracia también los occidentales son poco conscientes de las realidades del islamismo. (...) La ignorancia no es una opción ante [estas realidades]. Occidente tiene que darse cuenta de que el islamismo no tiene cabida en las democracias liberales y las sociedades abiertas.
Analista política
Sultan describe en su tesis que "el Islam pierde en una batalla entre la modernidad y la barbarie". Ha recibido amenazas telefónicas,4 pero también elogios de los reformistas. Entre sus comentarios, señaló que "ningún judío se explotó a sí mismo en un restaurante alemán".
Sultan considera que "El problema con el Islam está profundamente arraigado en sus enseñanzas. El Islam no es sólo una religión. Islam es también una ideología política que predica la violencia y su programa se aplica por la fuerza."5 En un debate con Ahmad bin Muhammad, dijo: "Se que estas enseñanzas distorsionadas terrorista y matarán a la humanidad".6
Sultan declaró que se sintió conmocionada por el secularismo da las atrocidades cometidas en 1979 por extremistas islámicos de la Hermandad Musulmana contra personas inocentes en Siria, incluyendo el asesinato con ametralladora de su profesor, Yusef al Yusef,7 un oftalmólogo de fama internacional, en su aula ante sus ojos en la Universidad de Alepo, donde estudiaba medicina. "Dispararon cientos de balas sobre él, gritando, 'Alá es grande! En ese momento, perdí mi confianza en su dios y empecé a cuestionar todas nuestras enseñanzas. Fue el punto de inflexión de mi vida, y me ha llevado a este presente. Tuve que parar. Tuve que buscar otro dios."8

Entrevistas y conferencias (Ver los siguiente vínculos!)

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