[Prólogo]
Síguese una especulativa obra intitulada Caragicomedia, compuesta por el Reverendo Padre fray Bugeo Montesino, imitando el alto estilo de las Trezientas del famosíssimo poeta Juan de Mena. Dirigida al muy antiguo carajo del noble cavallero Diego Fajardo, que en nuestros tiempos en gran luxuria floreció en la ciudad de Guadalajara, por cuyo fin sus lastimados cojones fueron llevados y trasladados en la Romana ciudad, cuya vida y martirio la presente obra recuenta
Copla I[Glosa]
Al muy impotente: carajo profundo
de Diego Fajardo: de todos ahuelo,
que tanta de parte se ha dado del mundo
que ha cuarenta años que no mira al cielo;
aquel que con coños tuvo tal zelo
cuanto ellos de él tienen agora desgrado,
aquel que está siempre cabeça abaxado,
que nunca levanta su ojo del suelo
Assí, muy magnífico señor, como cualquiera obra para ser más durable requiere tener muy firme cimiento, así esta para ser mejor entendida, conviene en esta primera copla hazer perfeta declaración, pues es passo primero y comienço do todo se funda. Y para esto, es de saber que este Diego Fajardo fue un cavallero de Guadalajara, de noble linaje, en cuyo nacimiento crueles señales mostraron su vida. Del cual afirma una gran puta vieja que oy en dicha cibdad reside, que fue su partera, que nació la lengua sacada y ragañado [excitado’] y arrecho.
Assí mismo se lee de su vida en el Putas Patrum que, desde doze y trez años, tomó tanta devoción con Venus que, dexadas las obras militares y vanidades de este mundo, las más noches andava desatacado de puta en puta. De esto son autores infinitos trincaderos de ellas.Así mismo se lee que, siendo ya venida la vejez, y conociendo sus grandes pecados que en su juventud avía cometido, se acordó de retraer en un apartado tabanco o bodegón; y allí, sentado en una silla, continuamente le veían con el miembro en la mano izquierda, y la derecha abierta, llena de cuartos y ardites, con que dava crecidas limosnas a los pobres coños que por allí passavan. Y continuando el luxurioso cavallero esta vida, cargándolo más la vejez, no podiendo ya tomar refeción su carne, fuele forçado caer en cama, y allí estando, a cuantos le venían a ver contava las luxuriosas hazañas que en su vida avía cometido.
Y como ya el conociesse ser en los postreros días de su vida, un día hizo convocar muchos coños, y predicoles gran rato, incitando los cojones muy largos y el pendejo muy blanco. Movidos a riso [‘risa’], dieron ante él grandes risadas, despreciando sus amonestaciones. De lo cual él, movido a gran dolor, mandó, so pena de su visión, que muerto, su carajo fuesse llevado al Coliseo de Roma, diziendo tales palabras: «O ingrata patria, non possidebis natura[m] mea[m]»32
Y, asiéndose de los cojones, su amortiguado carajo espiró quedando el triste de Fajardo en la cama, donde oy en día permanece. Y, para su consolación, este breve tratado le fue compuesto por el sobredicho Padre
Y, asiéndose de los cojones, su amortiguado carajo espiró quedando el triste de Fajardo en la cama, donde oy en día permanece. Y, para su consolación, este breve tratado le fue compuesto por el sobredicho Padre
No hay comentarios.:
Publicar un comentario