La vida (y amistad) virtual como suele ser

En este mundo de redes sociales los pedidos de amistad (virtual) son tan automáticos como su admisión. 

Y asumo que poc[o|a]s deniegan a alguien conocido o desconocido esa receptibilidad social tan humana.

Lo que ocurre en gran escala y con dejos virulentos para aquell[o|a]s que parecen llevar una vida social paradisíaca (cuyas fiestas y encuentros y borracheras documentadas en fotos y comentarios hacen alarde)
Sabemos ya que a la hora de la verdad, cuando alguien requiere ayuda para cargar digamos: unas toneladas de cajas, muebles y piano de cola... 

A menos que se trate de una magnífica ninfómana, donde demasiados pueden tener la oportunidad de sus 10 segundos de alegría eyaculatoria, se anotarían cientos! Pero en los casos normales, o sea nada de magníficas solteras y viciosamente virtuosas...NO se anotarán ni 3 locos pajeros sueltos para tamaña tarea. Antes se unirían muchos de esos (que prometen amistad pura y eterna a toda linda) a un programa de ayuda para el desarrollo en el tercer o cuarto mundo donde exista turismo sexual regalado (como Cuba o Korea del Norte o Zimbabwe) que sudar toda una tarde cargando cacharros.. si para eso hay cargadores de 50 Bs! Tacaña pobrete!
Los cientos de galanes simpáticos y musculosos, buenos para empinar gratis el codo  y meter mano fácil a tanta semimagnífica suelta y necesitada de cariño (y exigentes respecto al respeto y buenas costumbres)... bruñen por su ausencia!

Aceptar una invitación automática de modo automático es tan loable como el esperar que te escriban las razones de porqué te incluyen en su lista de centernares de amigos de posible gozo a cuero limpio.
Pues bien, la mayoría de los poco interesantes (ajem!) acabamos automáticamente en pocos días en un estado latente de amistad virtual. Y bien.... es como la lista de teléfonos de policía, hospitales, servicios y emergencias. Cuando los necesites.. si te falla el doctor de cabecera...o el guardaespaldas de buen olor y apostura...Pues, nena, recurres a lo emergente para casos de necesidad... Tal como se recurre a la lista de amigos virtuales.

Necesidad obliga!
No espero nada de tanta amiga (virtual!) que me tiene en su lista en alguna red soxxxial, ni un comentario o un vínculo dirigido personalmente a mí y no a miles más... Ya me he dado demasiados hervores en lo virtual!
Lo común y corriente es que la mujer virtual no comenta, tal como lo expresó un tal Paulus en algún libro viejo, creo que sobre las pasas de Corinthiaki (una variedad de uva negra y pequeña, si no se sabe)
»Mulier tacet in ecclesia«  Cor. 14,34
[la mujer (debe) calla(r) en la parroquia] una cita achacada a Luther, el martín ese
A menos que les mandes postales millón y medio de veces ya enviadas o una oración en cadena de no se qué virgen de quiquirincha para conseguir el cielo de los católicos! Y que debistes pasarla a otros 10 minutos después de recibirla. De otro modo te cagaría en vida algún hipopótamo volador!
Sí, puede que alguna vez leerás un simple:
"graSias!"
Por eso los temidos mensajes de correo no solicitados avisando que te han borrado de las lista de tal o tales putillas virtuales o de un grupo de swingers o por lo menos dando la posibilidad de comprobarlo con aplicaciones tan dudosas como las ofertas de alargamiento y engrosamiento de pene que recibo diariamente por docenas ya sin darme cuenta.
Sobre esto último, no necesitan ni preguntarme...
Las he probado todas... y todas funcionan!

Pero qué hago ahora con mis 10 pulgadas extras, si al final de los cientos de ninfómanas (y otras tantas santas pécoras) que conozco ninguna me invita ni para el velorio del perro que tanto amaba, peor a una fiesta con fines casuales?
A mi tierna edad tengo que rogar y convencer a tanta semi-magnífica común y corriente de mis necesidades de socialización y contacto en la vida real? Que puedo ser un simpático idiota, cuando no me aquejen los hemorroides (o son homorroides?) ;-))

Comentar fotos de borrachitas tomadas poco antes de que se echen a perder (otra vez) semidesnudas en el asiento trasero de algún auto fino prestado o recién robado estacionado entre los zarabandistas orina-aceras de la San Martín?

Catalogar las fotos que miles ven en un sólo mes y repetirles lo que todos les comentan para ver si alguna vez la damisela con aires de diva se digna a responder un simple gracias por tanta galantería?

No, gracias, yo paso...
Pueden sacarme o botarme de cualquier grupo social donde nunca me invitarían a algo real en el mundo real..

Groucho Marx, si viviera estos tiempos, tampoco aceptaría pertenecer al club dispuesto a aceptar a tipos como él.
Pero la ventaja (reducida, por cierto!) de esa presencia ("amistad") latente en una lista interminable de amigos lindos de tanta semi-magnífica única y especial, algún día, una de un millón (cuando le fallan inexplicablemente los amigos que frecuenta en la vida real), ella te contacta para un encuentro casual en la vida real. 

Y porqué denegar tal invitación?
Amistades virtuales y en estado latente... La vida, hoy día, como suele ser! Para muchos: Virtual!